En un colorido y hermoso sábado 8 de Diciembre los niños de Los Altos Mirandinos y otras regiones del país celebraron el día de "Los Pastores de Los Teques". La magia infantil de la alegría llenó de colores las calles tequeñas paralizando el transito en el centro de la ciudad para dar paso a tan linda romería de pequeños magos transformando el paisaje mirandino en una maravilla de risas y canciones dedicadas al niño Dios.
Los pequeños pastores emprendieron su caminata en medio de canciones y bailes que simbolizaban la fidelidad de la fe y la esperanza que los católicos guardan para sí del significado de las pascuas de noche buena y del año nuevo.
Como era de esperarse, no podía faltar la presencia de los carajitos de nuestra pequeña comunidad de Santa Cruz de Figueroa. Esos pequeños malabaristas de la Escuela Mariano Picón Salas que todas los días se convierten en hacedores de esa poesía de lo cotidiano, donde ellos son los actores principales. Esos pequeños que resumen la vida de su comunidad en pocas palabras y que son capaces de llevar unos pasos adelante a los adultos que forman el entorno de sus pequeñas vidas.
Los pastores de Figueroa, los pequeños pastores que guiados por la mano perseverante de Jorge Rondón participaron por segunda vez en esa fiesta de niños que se santifica en la acción de la fe. Esos carajitos que entre la biblioteca Lorenzo Pérez y la pequeña escuela del barrio alguna vez se convirtieron en Quijotes y otras veces en ese poema hermoso que es la danza nacida desde ese sentimiento de pueblo que se siembra en esos pequeños corazones que Mayerling y María ocultan entre libros y cuentos de aventuras y correrías con la complicidad de esa Nieves consentidora que ve mas allá del Sol de la mañana.
Junto a otras escuelas se produce el encuentro de centenares de pastores, de los adultos que acompañan a sus magos, de los cantores y los músicos que hacen la comparsa y se inventan las cosas mas bellas que se le puede dedicar al santo niño. Junto a otras escuelas se produce ese encanto donde los padres no encuentran el sitio perfecto para que sus hijos marchen al lado de ese Sábado bonito con la catedral como meta donde todos encontraran el final de una jornada callejera llena de satisfacciones y sobre todo alegría.
Al llegar a La Plaza Bolivar al frente de La Catedral, el desenfreno se desata y la romería se convierte en una danza parsimoniada donde cada grupo muestra su talento y el de su respectiva escuela o comunidad. así entran al templo donde son recibidos por la gracia de Dios y la bendición de los mas extraordinarios sentimientos de amor.
Los pequeños pastores emprendieron su caminata en medio de canciones y bailes que simbolizaban la fidelidad de la fe y la esperanza que los católicos guardan para sí del significado de las pascuas de noche buena y del año nuevo.
Como era de esperarse, no podía faltar la presencia de los carajitos de nuestra pequeña comunidad de Santa Cruz de Figueroa. Esos pequeños malabaristas de la Escuela Mariano Picón Salas que todas los días se convierten en hacedores de esa poesía de lo cotidiano, donde ellos son los actores principales. Esos pequeños que resumen la vida de su comunidad en pocas palabras y que son capaces de llevar unos pasos adelante a los adultos que forman el entorno de sus pequeñas vidas.
Los pastores de Figueroa, los pequeños pastores que guiados por la mano perseverante de Jorge Rondón participaron por segunda vez en esa fiesta de niños que se santifica en la acción de la fe. Esos carajitos que entre la biblioteca Lorenzo Pérez y la pequeña escuela del barrio alguna vez se convirtieron en Quijotes y otras veces en ese poema hermoso que es la danza nacida desde ese sentimiento de pueblo que se siembra en esos pequeños corazones que Mayerling y María ocultan entre libros y cuentos de aventuras y correrías con la complicidad de esa Nieves consentidora que ve mas allá del Sol de la mañana.
Junto a otras escuelas se produce el encuentro de centenares de pastores, de los adultos que acompañan a sus magos, de los cantores y los músicos que hacen la comparsa y se inventan las cosas mas bellas que se le puede dedicar al santo niño. Junto a otras escuelas se produce ese encanto donde los padres no encuentran el sitio perfecto para que sus hijos marchen al lado de ese Sábado bonito con la catedral como meta donde todos encontraran el final de una jornada callejera llena de satisfacciones y sobre todo alegría.
Al llegar a La Plaza Bolivar al frente de La Catedral, el desenfreno se desata y la romería se convierte en una danza parsimoniada donde cada grupo muestra su talento y el de su respectiva escuela o comunidad. así entran al templo donde son recibidos por la gracia de Dios y la bendición de los mas extraordinarios sentimientos de amor.
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