LA COMUNIDAD LE DIO UN PARAO A LAS GUARIMBAS MEDICAS
La derecha no descansa, siempre activa. Siempre expresada en una oposición irreverente cuyo fin último es crear condiciones de conflictos para entorpecer la acción del gobierno Bolivariano.
Esta vez se activó el gremio médico. Los mismos de siempre y por las mismas razones. Es un guión que saben adaptar muy bien a cualquier circunstancia con pocos añadidos sociales. Se puede decir que el gremio despierta cada vez que hay una coyuntura electoral. Natera se las sabe todas.
Con lo que no contaban los galenos es con la presencia activa de una comunidad que vino dispuesta esta vez a "jugarse a Rosalinda", que no esta dispuesta a calarse la guarimba médica ni la arrogancia de un gremio que está definitivamente manipulado desde lo mas reaccionario de la oligarquía criolla.
El primer encontronazo con los médicos ocurrió en El Hospital de Lidice, donde apareció una curiosa acción de un joven y corpulento ¨Doctor¨ ahorcando, o mejor, estrangulando al portero del hospital para con esto darle paso a los espacios hospitalarios a las cámaras de Globovisión. El libreto de siempre consistió en negar la violencia como argumento en las luchas gremiales y descalificar al gobierno aduciendo el estado en que se encuentran los hospitales públicos.
La cuestión salarial es la excusa. Una razonable excusa que sirve para justificar acciones que atentan directamente contra el mas débil del conflicto, el paciente. Entonces es cuando ese mismo paciente es usado como escudo para lograr que sus luchas reivindicativas les sean cumplidas sin importar las consecuencias.
Aquí aparecen las comunidades organizadas, a las que ellos llaman ¨presuntas¨ y comienzan por invitar a los médicos a debatir la problemática hospitalaria en todo su contexto. Esto es negado aduciendo que sus asambleas son gremiales y no políticas, el mismo argumento pendejo de siempre para evadir la discusión con los verdaderos dueños de los hospitales que son las comunidades.
En un encuentro con los comités de salud del Oeste de la ciudad en el mismo hospital Jesús Yerena y en un programa de televisión, fue declarado ¨persona no grata¨ el estrangulador de Lídice por la misma comunidad que ellos desprecian en cada participación que hacen en sus asambleas.
De manera que la declaración de conflicto ha suscitado la reacción inesperada de esos ciudadanos y ciudadanas que sienten que la asistencia hospitalaria puede ser paralizada como parte del plan desestabilizador.
El otro encontronazo que como parte del conflicto médico se ha suscitado en los últimos días ha sido el del Hospital de Los Magallanes. Allí el gremio se desenmascaró al tratar de discutir a puerta cerrada un problema que es de todos, porque la cuestión salarial no es solamente inherente al gremio, ya que también afecta al paciente y al funcionamiento de los centros de salud por razones obvias.
Todos los indicadores nos dicen que esta vez la comunidad esta mas preparada para enfrentar cualquier amenaza de paro. Las experiencias anteriores han permitido un aprendizaje que han madurado el accionar del pueblo en su relación con un adversario que no tiene mas recursos que atentar contra sus necesidades básicas como alimentación, salud y educación.
Los médico se niegan a aceptar que la Venezuela donde viven ya no es la misma de cuando ellos eran el ombligo de los centros de salud. Ahora esos mismos centros de salud son parte integral de un sistema donde el pueblo tiene unos espacios de participación bien definidos en el articulo 84 de la Constitución de La República Bolivariana de Venezuela. Esa realidad es la que se está construyendo desde un proceso en el cuál ellos son una parte importante, pero no son el todo.
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