sábado, 2 de mayo de 2009

EDITORIAL

ALGO MAS QUE UN PRIMERO DE MAYO.


Los desfiles de los Primero de Mayo son una tradición que nos recuerda que hay dos condiciones que aún permanecen antagónicas en las páginas de la historia, el patrón y el trabajador, ambas se contraponen hasta en las cosas más sencillas del quehacer diario de la vida. El trabajador produce y el patrón manda, entonces los desfiles nunca han servido para celebrar, más bien, son el mejor escenario durante el año que permite a los trabajadores unirse para alzar la voz contra la injusticia de ese patrono que no ve más allá de sus intereses. En tiempos de revolución, estos desfiles han cambiado de alguna manera sus contenidos y hasta las tradicionales rutas de los mismos han sufrido sus lógicos cambios. Se puede decir que ya estos desfiles no son dirigidos por las centrales obreras de mayor arraigo sindical en el país, ahora la principal orientación de estas marchas vienen de los dos grandes sectores políticos que conforman el escenario de confrontación ideológica del país.


Por un lado la Marcha del sector opositor, donde no solo marchan los representantes de la C.T.V. sino también los grupos de la clase media más radicalizados, los estudiantes de las instituciones privadas y los conspiradores que siempre esperan sacar partido de alguna alteración del orden público para levantar y agitar sus banderas de la desestabilización, al frente del cual se encuentra el inefable GLOBOVISIÓN.



P
or el otro lado, la marcha de los revolucionarios expresada en los diferentes frentes de trabajadores, movimientos sociales, Consejos Comunales, estudiantes bolivarianos, los frentes campesinos y los movimientos indígenas, como voluntad de transformación de una revolución que apenas está comenzando a cambiar la realidad de los trabajadores no solo con argumentos jurídicos que satisfacen sus necesidades, sino también con la participación en esos mismos procesos de transformación que han sido el sueño histórico de los trabajadores del mundo.


Este año, estos desfiles tuvieron sus particularidades: la marcha de los trabajadores revolucionarios, tuvo tres puntos de partida y se caracterizó por la alegría que generó en los participantes la elevación de manera progresiva de los derechos de los trabajadores en el marco de la mayor felicidad posible y esto se ha traducido no solo en los diferentes ajustes salariales y las discusiones de las convenciones colectivas, sino también en el aumento de una mayor calidad de vida producto de un mayor alcance de los programas sociales del gobierno revolucionario y el efecto que ya está generando el impacto de las misiones.



La marcha de la oposición, por su parte, este año no contó con las tradicionales consignas reivindicativas, la participación de la C.T.
V. se redujo a la de ser unos marchistas más, porque GLOBOVISIÓN y los líderes de los diferentes factores partidistas se apropiaron de la dirección de la jornada para convertirla en un particular hecho terrorista donde el pequeño grupo de personas que los acompañaron terminaron dispersándose unos y los otros descargaron su frustración destrozando un local de PDVAL ubicado en la estación Bellas Artes de la av. Méjico.


Mientras esto ocurría del lado de la oposición, en las avenidas Fuerzas armadas, Sucre y av. Urdaneta, la alegría desbordaba las expectativas de los organizadores y el pueblo llano reclamó la aceleración de los procesos que conducen a la patria socialista que se construye desde la revolución Bolivariana con la participación de las grandes mayorías.


Las más importantes empresas del estado que participaron en la marcha, dieron muestras de que sus trabajadores tenían bien claro su papel en ese proceso de transformación, y aunque es mucho lo que hay que erradicar de los viejos paradigmas, eso no se logrará hasta tanto ellos no aumenten su nivel de conciencia revolucionaria y se incorporen definitivamente al hecho transformador como parte fundamental de cualquier proceso.


Los líderes sindicales de la C.T.V. perdieron definitivamente el norte en los asuntos sindicales del país, su participación este 2009 en este día del trabajador se perdió en la oscuridad del reducido espacio que les han dejado los partidos de la oposición.


Esa no fue una marcha de trabajadores, fue un ataque contra la legalidad y la paz de las personas, cuya bandera más importante fue reivindicar al PROFUGO Manuel Rosales y elevarlo a las alturas de la adoración sacrosanta de la CORRUPCIÓN.


Imagínense al delincuente Oscar Pérez abogando por la inocencia de Manuel Rosales, a los pocos dinosaurios de Acción Democrática que han sobrevivido a la debacle de la cuarta república reclamando más democracia, supónganse al camorrero de Goicochea golpeando a policías y a guardias nacionales en un "defensivo" acto de agresión en nombre de los trabajadores en su día.


Y a pesar del desorden que generaron en la Av. Méjico los fantasmas de la oposición, en la tarima de la av. Urdaneta se hacían los lógicos análisis de los avances de la revolución Bolivariana durante este productivo año de acción gubernamental. Se habló de que a pesar de lo terrible que ha sido la crisis del capitalismo, Venezuela ha sobrevivido a ella gracias al cambio de los patrones económicos que hemos adoptado como una patria libre y soberana. Ni el F.M.I ni el Banco Mundial nos marcan la pauta en lo que tenemos que hacer.


El dulce encanto de Obama no nos ha convencido con su verborrea, y solo los hechos nos han demostrado que su voluntad de cambio no pasa más allá del discurso y eso lo saben los trabajadores que marcharon este Primero de Mayo quienes tienen muy claro que el imperialismo no va a ceder en sus intenciones colonialistas muy a pesar de la cándida sonrisa del negrito de la Casa Blanca.


Este Primero de Mayo fue un día muy especial para algunas empresas del estado, particularmente porque en ellas están ocurriendo cosas que trascienden a sus propias expectativas y esas cosas tienen que ver con la transformación que está ocurriendo en lo más medular de su funcionamiento institucionalmente y el mejor ejemplo de ello lo vimos reflejado en los trabajadores del Metro de Caracas, cuyo proceso de transformación se está haciendo sentir como un hecho trascendente entre los asistentes a la marcha que salió de PDVSA.


Creemos que este Primero de Mayo fue una muy clara demostración de que los trabajadores están sumados al proceso revolucionario y que la etapa de maduración de la conciencia política está comenzando a dar sus frutos y que será la nueva ley del trabajo la llamada a introducir esos nuevos elementos conceptuales que le darán vida al socialismo venezolano desde la estructura fundamental desde donde está naciendo.


Muchas Son las discusiones que se van a generar en torno al debate público de la nueva Ley del Trabajo, muchas serán las aspiraciones de los trabajadores y muchos serán los espacios que servirán de encuentro para el debate, creemos que este es el momento donde el trabajador debe salir fortalecido en lo ideológico y en lo político ya que será el escenario ideal para el aprendizaje ya que allí se debe hablar del sistema público nacional de Salud y las jugosas Pólizas de los seguros de H.C.M, de la estabilidad absoluta en el trabajo y de la participación de los trabajadores en las decisiones que se tomen desde los espacios de gobierno en beneficio de las grandes mayorías.

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