Las palabras volaron hacia ese rinconcito de cosas donde los carajitos guardan sus secretos y todas las maravillosas imagenes de colores salidas de esas cabecitas tremendas, se convirtieron en mariposas y alcanzaron el tamaño de un cuento, es decir, de muchos cuentos que se cuentan a la luz del Sol.
Esta vez el concurso de cuentos Lorenzo Pérez de la Bilbioteca Pública de Figueroa se inspiró en la sencillez de Aquiles Nazoa y en medio del verdor de un paisaje como salido de los mismos cuentos de los niños, pero con olor a agua fresca.
De una cajita mágica fueron saliendo las palabras que encantaban a los asistentes, y ellos, niños y adultos se hicieron la poesía de todos y comenzó una danza interminable de imagenes que concluían en la misma forma conque se recitaban las cosas que se inventaban para hacer cuentos.
Entonces los niños bailaron y las imagenes se hicieron música, y la música se convirtió en un juego y todos los presentes jugaron a ser felices y la felicidad estuvo acompañada por sueños de caramelos y el acto se hizo un cofre de sorpresas y los adultos aprendimos que un cuento era algo mas que decir cosas.
El Cují fue el sitio por donde salió el Sol este 30 de Abril, la escuela Estado Aragua se hizo el sol y todos viajamos hacia esa realidad cargados de las mismas esperanzas del caballito que comía Jardines que alguna vez el viejo Aquiles nos recitó desde su plaza llena de flores que el caballito tenía en su barriguita de papel.
El Concurso de cuentos fue una excusa para saber el tamaño de las palabras que los carajitos habían construído en la claridad de la escuela. Fue un momento inventado por Mayerling, Maria, Rosita y Nieves para que la montaña fuera testigo de las cosas lindas que se ocultan a lo largo de una carretera de celofán donde los misterios de la imaginación florecieran de las manos de esos niños que hacen de la biblioteca una casa inmensa donde habitan libros de todas las edades.
Mariano Picón Salas, Romulo Gallegos y Estado Aragua fueron las escuelas que crecieron con esta mañana bonita y por sexta vez se encuentran entre las páginas de colores de los cuentos donde los deditos de plastilina le dieron forma a cada palabra que se escapaba del aula para salir a jugar a lo posible.
Fue un acto bien bonito, se puede decir que hermoso. Las maestras orgullosas de sus pequeños saltimbanquis andaban de un lado a otro poniendole orden a la risa y hasta la tremendura de un perro formó parte de la jocosidad de los muchachos y del colorido de las palabras serias que decían los adultos.
Por fin los cuentos: comenzaron a sonar los nombres de los niños concursantes y daba la impresión que todos eran ganadores, en realidad lo fueron. Creemos que no era un acto para ganadores, era un evento para contar todas las cosas que alli se contaron y decir quienes las habían contado ¡que lindas son las barbas de las palabras que se dicen!
Por fin los cuentos: comenzaron a sonar los nombres de los niños concursantes y daba la impresión que todos eran ganadores, en realidad lo fueron. Creemos que no era un acto para ganadores, era un evento para contar todas las cosas que alli se contaron y decir quienes las habían contado ¡que lindas son las barbas de las palabras que se dicen!
Uno a uno fueron pasando los pequeños Nazoas, los millares de Nazoas que se hicieron presentes en el pequeño espacio de la escuela y en el infinito encanto de la poesía nacida de un momento tan bonito. Es que los cuentos nos invadieron la realidad y el acto fue un cuento hermoso que todos nos contamos.
30 niños, 30 cuentos, 30 ganadores y mil mariposas que vuelan al encuentro del tiempo que no se detiene en la niñez transitoria de la vida. Ya ellos escribieron lo que soñaron este año, alguna vez los leeremos desde el corazón de la ciudad de todos donde nacen las letras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario