El fútbol se ha convertido en un sedante para hacer que los europeos olviden por lo menos por ahora, la terrible crisis económica que el capitalismo decadente expresado en el infalible Fondo Monetario Internacional ha cambiado para siempre las bondades que habían venido disfrutando hasta ahora.
El fútbol le ha dado una tregua a las protestas contra Zapatero, contra Berlusconi y contra el conservador y galán Zarcosí. Por ahora, la cultura de los balones ha enfriado las arrecheras de los habitantes del primer mundo y ha permitido que los estrategas del neoliberalismo se monten en nuevas estrategias para convencer a esos pueblos de que la única forma de salvar al mundo es que los pueblos se sacrifiquen para que el capitalismo sobreviva a su propia maldición.
De manera que LA COPA FIFA 2010, ha embriagado de entusiasmo a los pueblos del mundo mientras los problemas del planeta generados por el capitalismo salvaje se quedan momentáneamente al lado derecho del olvido, después del fútbol los pueblos volverán a la realidad y los Estados Unidos seguirán pateándole el trasero a los países pobres del mundo y seguirá robándole el petróleo a Irak y asesinando a los afganos en nombre de la libertad.
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