El actual estado de cosas que heredamos del reciente pasado democrático fue construido por el egoísmo de una sociedad prejuiciada por los efectos del individualismo neoliberal de una sociedad decadente y miserable donde la palabra pobreza fue utilizada para descalificar a aquellos seres humanos que nunca fueron incluidos en la lista de las oportunidades que el petróleo le dió a la clase media dirigente que se aferró al poder después de la caída de Juan Vicente Gómez en 1936.
No nos cabe la menor duda que la injusticia social y las desigualdades fueron el norte que orientó las políticas de un estado burgués capitalizado por el tropicalismo mayamero y las trivialidades de un orden social que solo beneficiaba a la clase emergente del saudismo adeco-copeyano de la época.
Así transcurrieron cuarenta años. El hombre pobre solo servía para trabajar de sol a sol y generar los votos suficientes para mantener en el poder a los amos de la corrompida democracia puntofijista. Así fue como comenzó a desmoronarse lo mejor del sistema social heredado del pasado pos-medinista, allí comenzó la decadencia de la inestable socialdemocracia nacida después de la caída de Pérez Jiménez.
Nunca el estado se ocupó de la pobreza ni de corregir el ritmo que tomaba con el éxodo del campesino a los grande conglomerados sociales. Nunca el estado diseñó políticas donde la igualdad justificara el enorme gasto social que se hacía desde los laboratorios de planificación del aparato burocrático del viejo estado.
Entonces comenzó a decaer la calidad de la educación, la asistencia social cambió de rumbo y la salud entró en una franca etapa de privatización, es decir: los pobres comenzaron a ser mas pobres y la democracia pasó a ser un factor negador de los derechos del pueblo llano.
Las contradicciones sociales comenzaron a acentuarse y las diferencias políticas crearon un estado de cosas que permitió avanzar a la corrupción de una forma que hacía que la gente dejara de creer en el liderazgo político de moda y pasara a formar parte de los grandes ejércitos de apáticos que encontró la revolución con la llegada del presidente Chávez al poder.
Creemos que todos estos factores, son los elementos que conforman el cuadro de injusticias que aún persisten, muy a pesar de la acción de las políticas de inclusión del gobierno bolivariano con sus misiones y proyectos de avanzada socialista.
Es aquí donde nos encontramos con un cuadro de pobreza critica que nos llevará años superar. Una educación que cerró sus puertas a la excelencia en las escuelas públicas y una juventud abandonada a su suerte sin cupo en las universidades y sin oportunidad de encontrar el camino a una fuente laboral enaltecedora que los hiciera crecer como seres productivos. El delito creció como un gran sembradío entre las iniquidades de un modelo social injusto diseñado para que el pueblo sea victima de vicios exportados de otras latitudes ajenas a nuestra realidad: LA DROGA entre uno de tantos.
Superar todas estas calamidades sociales ha sido un tremendo esfuerzo donde la participación es un factor fundamental para lograr las transformaciones que nos permitan construir una sociedad acorde con el proyecto de país que refleja nuestra constitución Bolivariana.
El 22 de Mayo de 1863 se firma en la Hacienda Coche el fin de la Guerra Federal con el TRATADO DE COCHE, algunos historiadores sostienen que este tratado frustra de forma definitiva la participación del pueblo en un proceso histórico del cual Ezequiel Zamora fue su principal protagonista al lado de los grande movimientos sociales del momento y en contra de los godos o la gran burguesía criolla.
Es efectivamente en esa vieja casona que sirvió de escenario para cambiar el rumbo de la guerra federal, donde ahora, un grupo de hombres y mujeres adquieren un compromiso con el país para transformar ese modelo social de atención al ser humano que se ha heredado desde siempre y que solo ha servido para justificar la existencia de la pobreza como un paliativo a la desesperanza, esa misma desesperanza que traemos acuesta desde la república que acabamos de describir
Es esta la casa que ahora alberga los sueños de un puñado de venezolanos que no se pueden conformar con el abordaje de la historia porque ellos están construyendo una desde la inclusión y donde los valores son la excusa para crecer como seres humanos.
No nos importan las causas que afectan a estos seres albergados en estos espacios históricos, lo verdaderamente relevante es esa inmensa necesidad de ser reconocidos como hombres y mujeres que ahora tienen una razón mas para sentir que hasta ellos también está llegando la revolución.
Las drogas, el alcoholismo, la soledad, la vejez, la incertidumbre y otras, pueden ser las causas que tienen estos seres para compartir juntos un destino común, pero a partir de su ingreso en este centro de desarrollo humano desaparecen las etiquetas y todos juntos se sirven de apoyo para que desaparezcan las arrugas de sus frentes y aparezca un paisaje de esperanzas donde se sientan liberados de las grandes iniquidades que generan las injusticias sociales.
El Núcleo Endógeno de Desarrollo Humano Cultural “SIMÓN BOLÍVAR”, es el resultado de un proceso social injusto donde el hombre nunca fue atendido en sus necesidades mas importantes de manera integral, es el efecto de una sociedad donde nadie le importaba a nadie y daba lo mismo el día que la noche, los políticos tenían sus necesidades satisfechas.
Este centro ha crecido a la luz del esfuerzo inmenso de quienes hoy conviven dentro de un modesto mundo donde todos son importantes y donde el circulo nunca se cierra con la caída de la noche. Los seres siempre permanecerán despiertos mientras la vida les de la oportunidad de existir.
Una cocina para todos, un comedor para todos, un dormitorio para todos, un huerto para todos, un espacio grande donde todos son un pequeño punto en una igualdad real de todos los días. Igualdad donde el privilegio mas importante es el deseo de ser cada vez un mejor ser humano para beneficio de todos, es decir: el centro es un espacio para creer en el y para crecer con él. Todo lo demás lo contarán ellos con los hechos de sus palabras sencillas y claras.
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