martes, 1 de abril de 2008

COMUNIDADES

EL TREN DEL GUARATARO DENTRO DE UNA BIBLIOTECA


La calle de El Obispo es una vía principal donde se encuentran varios sectores de la barriada que nos ocupa en esta ocasión, el histórico Barrio El Guarataro de la parroquia San Juan. Ya una vez nos ocupamos de la biblioteca comunitaria y ahora nos ocuparemos de un pequeño grupo de carajitos que están dispuestos a contarnos algunas curiosidades que ellos mismos se inventan en una desordenada rutina de bromas y juegos que los hace crecer en un mundo de colores donde cualquier cosa es un acontecimiento.

Todo pudiera comenzar con el “chu chu” del viejo tren de Guzmán que venía desde Caño Amarillo hacia el occidente del país con una locomotora que hacía ladrar a los perros dos o tres veces al día.


Es que esta vez el tren se pintó la cara de niño y se les metió en un cuento que ellos mismos construyeron dentro de la biblioteca y que por no tener espacio para echarlo a andar se inventaron un pequeño libro para contarlo mas tarde.

De esta forma comenzó esa mañana la entrevista con los muchachos de la biblioteca comunitaria de El Guarataro. Un poco con el temor de no conocernos los suficiente, otro poco con las dudas de no saber encontrarle una respuesta al único juego para el que no se habían preparado..


Queríamos saber mas de la participación de ellos en los espacios de la biblioteca, así como de la importancia que esta representa para el resto de los niños de la comunidad. Queríamos que nos hablaran de Ricardo, de Anuncia y de los otros adultos que comparten con ellos esas horas de papel que pasan juntos. Queríamos saber mas, pero todo se quedó en una conversa sobre lo importante que era para ellos la existencia de ese espacio en el corazón del barrio y de cómo lograron escribir el cuento del bendito Tren del Guarataro.


Entonces quedamos en reunirnos nuevamente para contarle a todo el mundo, cómo un pequeño grupo de muchachos abrieron un libro de historia y se apropiaron de un tren que cruzó con su “chú chú” desde Caño Amarillo hasta la pequeña biblioteca que queda en el corazón de El Guarataro.


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