COMUNIDADES (EDO MIRANDA)

¡LLEGÓ EL AGUA AL BARRIO CARAJO!

Paramacay es una pequeña comunidad carrizalera donde llegó la revolución a la hora exacta en que la requirieron, su gente aprendió que la organización era la mejor herramienta para solucionar los terribles problemas que durante 10 largos años los ha venido afectando.

En Abril del año pasado se inició el proceso de formación del Consejo Comunal de la comunidad y fue así como se le comenzó a dar forma a un modelo de gestión comunitaria acorde con la revolución bolivariana y enmarcada en la transformación de una realidad que había que superar por cualquier vía.


Olga Jaime y sus vecinos dan el paso hacia la liberación, y se lanzan a la calle a luchar por la razón de ser de lo humano, por enaltecer la condición de ciudadanos en el ejercicio pleno de todo su derecho y sobre todo, por participar en los asuntos públicos como lo manda el artículo 62 de nuestra constitución bolivariana.

Atrás quedó el Golde Hill que era ese lugar abandonado a su suerte por la desidia del estado y por esa mala interpretación que los “jueces” tienen de los procesos de corrupción que pasan por sus despachos para que se haga justicia terrenal.

Atrás quedaron la falta de los servicios más elementales de cualquier grupo social y quedaron la desesperanza y las frustraciones históricas que nuestro pueblo ha arrastrado desde siempre.

Paramacay ha pasado a ser un conglomerado social de segunda para convertirse en la vanguardia de un municipio cargado de problemas que solo se resuelven cuando las gentes están unidas por la necesidad de darle solución a lo más prioritario.

Freddy Casique y Olga Jaime no fundaron a la comunidad, pero fueron la fuerza que impulsó este caminar de éxitos que ha conducido hasta este hoy bonito lugar donde ya la comunidad cuenta con todos sus servicios sin perder de vista que este año de sinsabores y batallas ganadas es solo el inicio de un proceso de transformación social que va mas allá de lo logrado.

Lo primero que alcanzaron fue la instalación de las tuberías de las aguas servidas, luego, la electricidad de Caracas y las mesas técnicas de energía facilitaron los recursos para la instalación de los postes del servicio eléctrico y por último, el agua.

El agua nuestra de cada día, que nos hace perder la autonomía como comunidad y que de todos los servicios es quizá el que mas afecta a la familia en su contexto social, Esa agua cristalina que tantas veces hizo que esos vecinos acudieran a los espacios de Hidrocapital a solicitar en un principio, y luego a exigir que el estado saldara su deuda social con un pueblo que siempre fue visto por la cuarta republica como un pedigüeño histórico.

¡Llego el agua carajo! Ha sido la última cosa que han gritado unos vecinos que durante 10 años han venido mendigando el chorrito del preciado liquido que solo llegaba de vez en vez y de cuando en cuando como la gran noticia que esperaban con ansiedad para cumplir con las normas básicas del aseo personal y familiar.