jueves, 22 de octubre de 2009

INTERNACIONALES

EL OSCAR SUECO

Pareciera que el OSCAR está en abierta competencia con la clásica seriedad de premiación que se les hace a científicos y personajes ilustres que conforman esa selecta clase de hombres y mujeres que hacen la diferencia por su destacada actuación en la vida pública, científica y política del mundo.

Muchos premios NOBEL han sido controversiales y hasta injustos, muchas han sido las críticas que sobre tan renombrado premio han caído como consecuencia de lo dudosas de algunas de las decisiones que se han tomado respecto a personajes que la opinión pública no reconoce. Por ejemplo, a Henri Kisinger se le otorgó un premio de LA PAZ compartido con un vietnamita, cuando el mismo Kisinger, era un promotor de la guerra de Viet Nam, además de que su país fue quién invadió a esa población asiática propiciando la continuación de una larga guerra colonial que iniciaron los franceses.

Esto, visto de esta forma, nos trae a la memoria muchas insatisfacciones que entorno al PREMIO NOBEL han ocurrido a lo largo de la historia del mismo, llegándose a hacer comentarios sobre los compromisos políticos que la academia sueca tiene con las grande potencias para el otorgamiento interesado del galardón así como también la negativa rotunda a personajes que no gocen de las simpatías políticas con determinado sector tanto político como religioso.

De manera, que los dos grandes premios que se otorgan a nivel mundial para reconocimientos de los valores intelectuales, científicos, económicos y políticos; el NOBEL, así como el de cine para el reconocimiento del talento de actores y actrices de destacada actuación en el medio, EL OSCAR, se ha convertido en un apetitoso caldo de cultivo que comienza a crear verdaderas dudas sobre la honestidad de las decisiones que se toman y sus resultados.

Patético ha sido el otorgamiento del PREMIO NOBEL DE LA PAZ al presidente de la potencia que ha propiciado invasiones donde el petróleo ha sido la razón de ser de un franco acto de moderna piratería para saquear a un país del tercer mundo con su respectivo saldos de violación a los derechos humanos por la cantidad de masacres realizadas mediante operaciones militares de exterminio contra poblaciones indefensas como FALUYA, ciudad que fue arrasada sin que ningún organismo internacional fuera capaz de intervenir.

Patético ha sido el otorgamiento del PREMIO NOBEL DE LA PAZ a un presidente recién llegado a la casa blanca que mantiene un campo de concentración en Guantánamo donde los prisioneros no tienen ningún derecho garantizado, incluyendo el derecho a la vida, donde además aún se les sigue torturando sin ningún tipo de juicio.

Mas patético aún es el que ese presidente solicita e

l envío de más tropas para Afganistán para reforzar una invasión que solo ha traído más desgracia para ese pueblo que ha sido victima de las apetencias coloniales de las dos más grandes potencias militares de la humanidad.

Es imposible pensar que el otorgamiento al Presidente Obama

de semejante premio haya sido una cosa seria, pareciera una broma jugada contra él para desacreditarlo, ya que no hay forma de pensar que en unos meses él haya hecho algo por la paz mundial y con el respeto que se nos merecen los actores y actrices del mundo, creemos mas bien que esto corresponde a un premio OSCAR, por el colorido mediático que se le ha dado a la información dando la sensación que el presidente es un famoso personaje del celuloide recibiendo la codiciada estatuilla del cine.

Pareciera que la crisis financiera en los Estados Unidos es cuestión de PAZ, pareciera que los más de 45.000.000 de ciudadanos que viven en pobreza extrema en ese país, son cuestión de PAZ, es posible que las bases militares en Colombia sean cuestión de PAZ o es probable que la expansión de la guerra de Afganistán hacia Paquistán sea cuestión de PAZ, pero un premio NOBEL DE LA PAZ es una cuestión que va mas allá de la voluntad de un presidente, especialmente si ese presidente es la cabeza de un gobierno que está controlado por las corporaciones de la guerra.

Esta vez, LA PAZ, se ha lanzado sobre una alfombra roja, se le ha maquillado y se ha otorgado a un personaje que merece todo nuestro respeto, pero que no es el mas indicado para exaltar algo tan delicado en este momento como es el caso de este premio, y lo decimos, por que están vigentes las acusaciones que pesan contra Israel por los bombardeos contra Gaza, con la saña vil con que se realizaron con la complicidad de la ONU y los mismos Estados Unidos como tradicional defensor de las políticas judías en el Medio Oriente.

No se puede premiar una PAZ que no existe y que ni siquiera se ha intentado mas allá de los lobby diplomáticos para impedir que Irán desarrolle su programa nuclear pacifico al cual tiene derecho como cualquier país en el planeta, no se puede hablar de PAZ mientras los seres humanos sigamos contaminando y acabando con el planeta.

Pareciera que hablar de LA PAZ, es decir un chiste poco gracioso o promover un libreto al más clásico estilo de Hollywood donde los personajes son una ficción que nada tiene que ver con la realidad.

El presidente Obama con su particular y atlético estilo de gobernar está muy lejos de significar LA PAZ para nadie, el capitalismo no va a dejar nunca de imponer su fuerza imperial a los pueblos mas débiles y eso quiere decir que mientras exista la globalización, los premios NOBEL DE LA PAZ, serán una utopía.

¿Es que algún funcionario Público de cualquier rango, de cualquier gobierno de los Estados Unidos desde su independencia hasta hoy puede merecer un PREMIO NOBEL DE LA PAZ? Amanecerá y veremos.

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