lunes, 5 de octubre de 2009

CULTURA Y TURISMO

UNA RUTA HISTÓRICA O UN ESPACIO PARA CONTAR COSAS SOBRE CARACAS

Caracas es una ciudad de encantos naturales y urbanos que la caracterizan como una urbe llena de tantas historias, que cada esquina tiene la suya propia con sus particularidades, especialmente con personajes que le dan vida a la naturaleza misma de la ciudad.


La historia de Caracas es una sucesión de hechos que nacen con la discutida fundación de la ciudad, pero que ya antes existía una versión milenaria del hombre originario con un paisaje social propio y con otra manera de contarla.

En la actualidad, contar a Caracas es una carencia que pasa casi desapercibida porque el tamaño social de la ciudad está lleno de tantas angustias que apenas si el caraqueño tiene tiempo de identificarse con sus propios hechos ocurridos en la inmediatez de lo cotidiano.

Diego de Lozada ya no es un personaje ornamental de los eruditos que comentan de la sobriedad de un tiempo innecesario para el ciudadano, ahora Don Diego es lo urbano de la vieja historia o simplemente un ciudadano de a pié sumado a lo socialista de los nuevos tiempos.
Así lo entendió la gente del novel gobierno capital, que se ha empeñado en mostrar a los caraqueños el rostro de una ciudad que debe revivir los trozos de historia que muestran las calles de su centro referencial urbano, en un hermoso trabajo dirigido a contar del centro todo lo ocurrido en los diferentes momentos y épocas de esos hechos que marcan el gentilicio de los habitantes de este lado del mundo.


De manera, que desde la casa natal del libertador hasta las inmediaciones del Puente Llaguno nos vamos a encontrar a partir del 3 de Octubre con un sin número de personajes que habitaron por estos lados hace ya muchos años y que nos van a permitir identificar nuestra realidad y hacerla retroceder en el tiempo hasta lo mas necesario de su historia.

La ruta histórica nos lleva por esos momentos importantes ocurridos en ese centro vital de la ciudad donde nació y creció la patria y desde donde se sembró la independencia con los colores fértiles de la bandera mirandina y la letra de la canción de la patria en la garganta del Bravo Pueblo.

De la cuadra Bolívar, se recorre el tramo hasta las Gradillas que es la antesala a la plaza del gozo ciudadano del Libertador con toda su carga de remembranzas que se han escritos desde los cuatro lados de una manzana gloriosa de sucesos nacidos mucho antes del 19 de Abril de 1810, cuando apenas se le llamaba Plaza Mayor.

El Palacio Arzobispal y el palacio Municipal, siguen el recorrido hasta la esquina de las Monjas, lugares estos donde se encuentran las diferentes épocas consignadas desde la colonia hasta nuestros días como el espejo de una ciudad con mas de cuatrocientos años a cuestas que cada vez cruzan la plaza como si fueran los fantasmas del Guaraira Repano paseándose por sobre los techos rojos de sus casas de tapia y bajareque con la gloria pintada en sus portones de roble.

El recorrido cruza la plaza hasta La Torre, donde espera la Catedral con la coquetería de su blanco escarchado aguardando a una feligresía que transcurre con el tiempo de los héroes y en cuyo interior guarda el pedazo de historia que nos habla de La hidalguía de sus pastores y la heredad del cristianismo que respiran los caraqueños de todas las épocas.

Sigue el paseo por la parte norte de la cuadricula mayor y llega hasta la esquina de Principal donde encontramos los restos del viejo cine Principal y a un lado el no menos viejo edificio de la casa Amarilla tan llena de sucesos como de siglos contemplando los pasos del tiempo que transcurre en el lugar mas agitado del país, La Plaza Bolívar de Caracas.

Pasa la ruta por la esquina de El Conde en un corto trayecto que nos recuerda aquella canción de Aldemaro Romero que nos dibuja la poesía de un paisaje necesario de la Caracas de principios del siglo XX “de Conde A Principal”.


Lo antaño anda de manos con la gente que ha construido un trozo de la memoria de la parroquia primogénita en un recorrido de pinceladas de muchísimos colores que nos permite dejar el pasado atrás para encontrarnos con Puente Llaguno, ese enlace con la realidad de un pueblo que rescató su presente en un acto maravilloso de autonomía política al recuperar el estado de derecho después de un cruento y criminal golpe de estado dirigido desde el departamento de estado contra la patria de Bolívar, representada por la voluntad popular del pueblo de la República Bolivariana de Venezuela en la persona del Presidente Hugo Chávez Frías.


De manera que la ruta Histórica es una experiencia que debe enriquecerse mas y ponerla a la disposición no solo de los turistas que nos visitan, también debe ser una cartilla diaria en la vida de nuestras escuelas públicas para que nuestros niños tengan a la mano y de manera vivencial un verdadero trozo de la historia que nunca nadie nos contó de esa forma.

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