Especulación Inmobiliaria y Déficit Habitacional
Red Metropolitana de Inquilinos
Por: Lilly Fajardo
La especulación inmobiliaria se ha incrementado estos últimos años debido a diversos factores, tanto políticos como económicos. Políticos dado las desacertadas prácticas con respecto a la vivienda y el hábitat, y económicos por una burguesía parasitaria que cada día afila sus garras para seguir reproduciendo un sistema económico que solo beneficia a una minoría.
Debemos partir que el problema de la especulación inmobiliaria y el déficit habitacional asienta sus bases en el desarrollo del capitalismo con la revolución industrial cuando se producen los procesos migratorios que obligaron a la población a movilizarse del campo a la ciudad, forzados por la dinámica económica, provocando así grandes concentraciones urbanas en la ciudad a nivel mundial, agudizando los problemas sociales.
Durante los años 50 del siglo pasado, con el ingreso de la renta petrolera en Venezuela, se inicia un proceso acelerado de "urbanización y modernización del país", llegando a alcanzar para el año 2001 que un 87% de la población viva en la ciudad, produciendo así una sobrepoblación, en donde la especulación inmobiliaria entra a jugar un papel relevante ya que es un factor decisivo en la segregación de los sectores populares, incitando a que la población se vea forzada a la ocupación compulsiva de los espacios residuales en donde las condiciones de vida son más precarias ( quebradas, altas pendientes, periferias sin servicios),acentuando de esta forma la pobreza en la ciudad.
Es por esta razón que "los latifundistas del concreto" en estos últimos años han demostrado su cara y papel dentro de la sociedad, respondiendo su dinámica económica que cada día agudiza sus contradicciones y a su clase social burguesía, y han comenzado a realizar la venta de inmuebles construidos hace 20, 30 ,40 y hasta 50 años que durante todo este tiempo fueron usados para el arrendamiento o alquiler, ventas que son prácticamente imposibles de cumplir , pues aparte de los costos muy elevados y especulativos, en donde la mayoría de los inquilinos son personas trabajadoras-asalariadas que no poseen un alto poder adquisitivo e incluso, en muchos de los casos, estamos hablando de personas de la tercera edad y desempleadas, que no tienen ingresos económicos regulares y suficientes para poder adquirir dichas viviendas a precios que se rigen por la mano invisible del mercado de la oferta y la demanda, produciendo de esta manera la segregación de la población de la ciudad a las periferias
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