¡ALCALDE, LOS CARROS Y LAS MOTOS TAMBIÉN HAY QUE SACARLOS DE LAS ACERAS!
El Alcalde Bernal se ha apuntado una exitosa victoria al despejar los espacios públicos del centro histórico de la ciudad. Eso es meritorio. El ciudadano común ha logrado recuperar sus espacios perdidos después de muchísimo tiempo, pero lo mas importante, es que también recuperó sus niveles de seguridad. Pero eso no ha bastado, aún quedan problemas por resolver y que tienen que ver con los espacios públicos no recuperados aún.
Cuando llegamos a los alrededores de la plaza Bolívar a cualquier hora del día, nos encontramos que no solamente los vehículos oficiales se adueñan de los espacios pertenecientes a los peatones, también los motorizados y cualquier clase de vehículos particulares ocupan esos mismos espacios.
Resulta molesto transitar por las esquinas de Conde a Principal a un lado de La Cancillería, donde los vehículos pertenecientes a funcionarios de ese ministerio y de comerciantes que tienen sus locales en el Pasaje Capitolio y el Hotel El Conde estacionan sus autos a cada lado de la vía perteneciente a los ciudadanos.
Lo mismo ocurre en la cuadra correspondiente a la Esquina de La Torre y Gradillas donde las motos y vehículos pertenecientes a la Policía Metropolitana y otras mas incluyendo a los tradicionales motorizados, tocando cornetas para que los transeúntes se les aparten de su paso, en algunos casos eso conlleva al atropello como respuesta.
La cuadra que va de Monjas a Padre Sierra es otro ejemplo de lo difícil que le resulta al ciudadano de a pié movilizarse entre los vehículos de la Policía y los de los funcionarios de La Alcaldía Libertados y cuánto motorizado transita por el centro de la ciudad.
El bulevar que conduce de la Esquina de San Francisco a la esquina de Las Monjas fue cerrado por la Asamblea Nacional para uso de los transportes de La Guardia que custodia dicho recinto, de manera que los ciudadanos, además de los buhoneros, también son victimas de la comodidad de los conductores que se adueñaron del centro de la ciudad.
La revolución bolivariana debe tener presente que el ser humano es la razón de ser del proceso y que las razones que tiene el pueblo para reclamar sus espacios se deben a que el humanismo es la regla de oro que los gobernantes deben hacer respetar como parte de los cambios que se realizan en el país.
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